El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define excelencia como “superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio o estimación algo”. En nuestro caso ese “algo” sería el trabajo científico. La excelencia del trabajo científico suele provocar el respeto de los colegas, de las autoridades y de la sociedad. Diferentes instituciones, públicas y privadas, otorgan galardones para distinguir a los científicos cuyo trabajo alcanza esa superior calidad.
En España desde el año 2001 se convocan anualmente los Premios Nacionales de Investigación, dentro del Programa de Fomento de Investigación, Desarrollo e Innovación que en la actualidad se enmarca en la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad. Estos premios tienen como objetivo “reconocer el mérito de aquellos investigadores españoles que estén realizando una labor destacada en campos científicos de relevancia internacional y que contribuyen al avance de la ciencia, a mejorar el conocimiento del hombre y su convivencia, a la transferencia y tecnología y al progreso de la Humanidad”. Están divididos en diez áreas y cada año se convocan cinco. En 2011 se concedieron los premios correspondientes a: ciencias físicas; ciencias y tecnologías químicas; ciencias y tecnologías de los recursos naturales; matemáticas y tecnologías de la información y comunicaciones; transferencia de las tecnologías.
La Fundación Premios Rey Jaime I, con el objetivo de “aunar en estudios e investigación, entidades científicas y empresariales, para la promoción de la investigación y el desarrollo científico en España” creó en 1989 los Premios Rey Jaime I. Se convocan anualmente, en la edición de 2012 se han concedido siete galardones en las áreas: investigación básica; economía; investigación médica; protección del medio ambiente; nuevas tecnologías; urbanismo, paisaje y sostenibilidad; emprendedor. Cuentan con el patrocinio de diferentes empresas.
Los Premios de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento tienen el objetivo de “reconocer e incentivar la investigación y creación cultural de excelencia, en especial aquellas contribuciones de amplio impacto por su originalidad y significado teórico, así como por su capacidad de desplazar hacia delante la frontera de lo conocido”. Tienen carácter internacional y se convocan en ocho categorías: ciencias básicas (física, química, matemáticas); ecología y biología de la conservación; economía, finanzas y gestión de empresas; música contemporánea; cambio climático; cooperación y desarrollo.
Contando los cinco Premios Nacionales de Investigación 2011, los siete Premios Rey Jaime I y los ocho Premios Fronteras del Conocimiento de la convocatoria 2012 han sido galardonados veintiún científicos. Todos ellos tienen en común la excelencia de sus contribuciones al conocimiento científico, la importancia de los resultados de sus trabajos. Tienen diferentes especializaciones y diversas nacionalidades pero todos son varones ¿se puede considerar esta última coincidencia fruto de la casualidad? Podría ser pero es una casualidad muy frecuente. Es cierto que la presencia de mujeres en el ámbito científico es menor que la de los hombres. En España, en universidades y organismos públicos de investigación, el porcentaje de mujeres está en torno al 35%, aunque en las categorías altas (catedráticas, profesoras de investigación etc.) la presencia de mujeres baja considerablemente pero sigue siendo muy superior al escandaloso 0% de los galardonados (más información aquí). La baja o nula proporción de mujeres científicas galardonadas no es una característica exclusiva de nuestro país, únicamente el 5,2% de los 853 premios concedidos por la Fundación Nobel han recaído en mujeres. Estas cifras influyeron en la creación en 1998 de los Premios Internacionales L’OREAL-UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia dirigidos exclusivamente a mujeres, con el objetivo de “apoyar el progreso de las mujeres en la ciencia”. Se convocan cinco premios anuales uno por cada una de las regiones geográficas: África y Estados Árabes, Asia-Pacífico; Europa, America Latina y America del Norte. Esta división pretende evitar la comparación de resultados científicos obtenidos en países con condiciones de vida muy diferentes, que influyen directamente en el trabajo de las candidatas. Los premios se convocan anualmente, alternando entre Ciencias de la Vida y Ciencias Físicas y de Materiales. Los premios gozan de gran prestigio y reconocen las contribuciones científicas dando visibilidad a las galardonadas que sirven como modelos para atraer a otras mujeres al trabajo científico. Prueba de la gran calidad de las candidatas es la concesión en 2009 del Premio Nobel de Química a Ada Yonath y el de Medicina a Elisabeth Blacburn, ambas habían recibido el Premio L’OREAL-UNESCO en 2008.
El Programa L’OREAL-UNESCO convoca además varias becas para jóvenes científicas. Recientemente algunas instituciones han establecido premios científicos para mujeres. Un ejemplo es el Premio Cartagonova de Astronomía creado por la Asociación Astronómica de Cartagena, con motivo del veinticinco aniversario de su fundación, para reconocer la contribución de las mujeres a la astronomía española. El premio ha recaído en Susana Iglesias-Groth, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, por su “estudio e identificación de hidrocarburos complejos y moléculas clave para la vida en el espacio interestelar”
La convocatoria de premios científicos dirigidos exclusivamente a mujeres genera cierta polémica en los ambientes científicos. Las estadísticas aquí citadas sugieren que los métodos de evaluación de la calidad pueden mejorarse. Uno de los proyectos más ambiciosos que lleva la Comisión Europea en colaboración con la Universidad de Standford se titula “Gendered Innovations” incluye el análisis de género como fuente para la creación de nuevos conocimientos y tecnología. Una rápida lectura de algunos resultados de este proyecto aclara muchas dudas sobre la neutralidad de nuestro sistema.
