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Los límites de la movilización social Destacado

Esteban Moro, Universidad Carlos III de Madrid y Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos

En los últimos años hemos asistido a numerosas ocasiones en las que las redes sociales han servido para movilizar a la gente en desastres naturales, campañas políticas, emergencias sanitarias, misiones de búsqueda, etc. A pesar del éxito en alguno de los casos, no se conocen todavía los límites de esta forma de movilización ni cuál es la probabilidad de éxito o el riesgo asociado a su utilización en situaciones de emergencia en las que el tiempo sea un factor crítico.

 

Utilizando resultados recientes sobre la estructura geográfica y la movilidad de las personas que forma parte de las redes sociales, un equipo internacional de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid, el Masdar Institute de Abu Dhabi, el NICTA australiano y el MIT estadounidense han publicado un trabajo en PNAS en el que estudian la velocidad de propagación de información en redes sociales a nivel de un país y su aplicación a problemas de movilización social. En concreto los investigadores se han planteado un problema práctico: ¿Cuánto tiempo se tardaría, utilizando solo las redes sociales, en encontrar a una persona en Estados Unidos? O, desde el punto de vista del modelo, ¿cuánto tiempo tardaría en propagarse una información que se origina en un lugar a todo el país? La respuesta que han obtenido es que, en media, ese tiempo es de 1-2 días, pero también hay un alto riesgo de que ese tiempo sea mayor, ya que la distribución de probabilidad para los tiempos típicos de reacción es muy heterogénea.

Los resultados concuerdan con lo obtenido en un experimento que realizó en 2009 la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa (DARPA) de Estados Unidos (EEUU). El objetivo era evaluar la eficacia de las redes sociales en la situaciones críticas. Para ello se convocó un concurso en el que había que localizar diez globos repartidos por la geografía de EEUU en el menor tiempo posible. El equipo ganador, del MIT, lo hizo en menos de 9 horas utilizando la propagación viral en redes sociales.

El trabajo publicado ahora permite identificar los mecanismos responsables de dicho éxito, así como de su posible fracaso. Por un lado, vivimos en un “mundo-pequeño”, es decir las redes sociales tienen una estructura tal que es muy fácil llegar de una persona a otra a través de un número pequeño de “enlaces” o relaciones personales, lo cual facilita enormemente la propagación viral de información a nivel global de la red. Por otro lado, la mayoría de nuestras relaciones sociales están a una distancia geográfica pequeña, pero hay una alta probabilidad de tener “enlaces” a larga distancia, lo que facilita que la información salte de una zona geográfica a otra. Sin embargo, nuestros patrones de movilidad muestran que, a tiempos cortos, nos movemos en un área pequeña, siendo posible un desplazamiento grande sólo eventualmente. Y finalmente nuestra actividad en las redes sociales no es homogénea sino que se produce a ráfagas, sucesiones de emails, llamadas o tweets que son seguidas de períodos largos en los que no hay ninguna interacción. El equilibrio entre estos cuatro mecanismos es el que determina la velocidad de la movilización en las redes sociales y el hecho de que la mayoría de estos mecanismos tengan distribuciones de probabilidad en las que hay una gran probabilidad de un evento extremo (distribuciones de cola larga) hace que el comportamiento emergente, en este caso el tiempo necesario para la búsqueda geográfica de objetivos mediante propagación viral, tenga también una distribución de cola larga. Por tanto es probable que el tiempo para movilizar a la sociedad sea pequeño (1-2 días), pero la probabilidad de que sea mayor que un mes también es grande, lo que indica el alto riesgo que tiene limitarse a utilizar sólo las redes sociales como estrategia en emergencias para las que el tiempo es un factor crítico.

Las simulaciones realizadas por los investigadores también permiten describir la facilidad o no (según el modelo) de encontrar un objeto/persona en una zona de Estados Unidos. El resultado depende de la densidad de población en esa zona, de manera que, sorprendentemente, es más fácil esconderse en zonas poco o muy pobladas, mientras que es más difícil hacerlo en zonas con densidad de población intermedia.

El modelo y las simulaciones publicadas pueden ser un primer paso para entender cómo mejorar y diseñar estrategias de movilización en situaciones críticas. Por ejemplo, permite determinar que son las personas altamente conectadas, con relaciones a larga distancia y con un tiempo de respuesta menor las que podrían ser más importantes en la movilización, lo cual define una nueva forma de medir la influencia de los usuarios en redes sociales. O también estudiar cómo es el efecto del uso combinado de medios de comunicación masivos y redes sociales en la gestión de emergencias.

Referencia: Limits of Social Mobilization Proceedings of the National Academy of Sciences Vol 110 (16), pag 6281-6286 (2013)

Esteban Moro es profesor titular del departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos.

 

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